Por: Andrea Menchaca, periodista de El Hospital y Alejandra Leguizamón, editora de El Hospital
Al norte de México, en el estado Baja California, la manufactura de dispositivos médicos se ha convertido en un factor de inversión y expansión relevante. Los antecedentes que han hecho que esta región sea atractiva para el desarrollo de un ecosistema de producción de dispositivos médicos están relacionados a la industria maquiladora que se impulsó desde el siglo pasado a través de incentivos arancelarios e impuestos y ha sido fundamental en la economía de este estado.
Miguel Ángel Díaz Alonso, tesorero del clúster de dispositivos médicos en Baja California, señala que toda esta experiencia ha hecho que la región cuente actualmente con conocimientos, programas y servicios e infraestructura que la hacen atractiva para las empresas de manufactura. “Somos un ecosistema conformado por compañías de marca propia que hacemos diferentes artículos a otros corporativos”, dice Díaz Alonso. El origen de capital de inversión es del 86% de Estados Unidos, 6% de Italia y 5% de Alemania y otros países como Nueva Zelanda e Islandia.
El empresario indica que actualmente son 76 empresas que generan más de 71 mil empleos; 48 están en Tijuana y las demás están en Mexicali, Ensenada, Tecate y Rosarito. “Cerramos el año pasado con un crecimiento de cerca del 9%, a diferencia de la media nacional que fue de 4.8%”. Respecto a lo elaborado en Baja California, la inversión de capital está en el rango del 55% al 58%.
Esto lo atribuye a que no son productos de moda o de lujo, sino que, debido a que están relacionados con la salud, tratamiento de enfermedades y calidad de vida, son necesarios y no se pueden postergar su uso, a diferencia de otros productos.
“En México podemos crecer mucho. La ventaja que tenemos en la región es que nosotros no dependemos del mercado mexicano, ni de las ventas al gobierno, todo lo que hacemos se exporta, entonces afortunadamente tenemos ese atractivo”, cuenta el también Director General de Ensambles de Calidad México.
El tesorero del clúster señala que el sector de manufactura de dispositivos médicos ha estado a la vanguardia en la implementación de tecnologías para la industria 4.0, debido a que manejan procesos automatizados y, por normas gubernamentales, deben tener rastreabilidad de cada parte que producen, por lo que incorporan análisis de información y big data para manejarla.
“Al estar trabajando de forma conjunta se van dando los resultados y se va acondicionando toda esa área, todo el entorno para que alguien que llega diga: sí, aquí me planto”, destaca el empresario Díaz Alonso.
El Clúster de dispositivos médicos de Baja California también tiene alianzas con otros organismos para intercambiar información o apoyarse en aspectos como el tema de regulaciones de importaciones o exportaciones y por ello su relación con Index Juárez – Asociación de Maquiladoras, A.C.; también tienen un área para atender relaciones con gobierno, tanto estatal, como municipal, así como con proveedores.
Crecimiento lento pero sostenido a causa de la pandemia
Al trabajar para el sector salud, la manufactura de dispositivos médicos en esta región nunca paró con la llegada de la pandemia por COVID-19. “Bajamos el ritmo de fabricación en algunas líneas debido a que la materia prima venía de China o Europa y porque otros productos empezaron a ser solicitados”, comenta Díaz Alonso. Para trabajar al ritmo que exigía la pandemia, las plantas extremaron aún más los procesos y protocolos de bioseguridad e higiene que ya tenían implementados.
En cuanto a las exportaciones, han habido pequeños cambios en dos escenarios. Por un lado, a pesar de que tenían algunos materiales en bodega para mantener la producción, varios de estos productos provienen de China y Europa y al cambiar la logística de envío, tuvieron retrasos para obtener la materia prima necesaria.
Por otro lado, gracias a que cuentan con otro tipo de materia prima para fabricar elementos de protección personal y productos de desinfección – más solicitados para mitigar la pandemia-, las ventas fueron cuatro veces mayor.
Sin embargo, el crecimiento del 9% que proyectaban para este año con el ritmo que traían desde el año pasado, no sucederá. No es una cuestión de retroceso, sino un ajuste debido a los efectos de la pandemia en la economía mundial. “Probablemente este año se vea un crecimiento similar al que traíamos los últimos cinco años anteriores al 2019 entre 6% y 7%“, dice el empresario. Las razones se deben a ciertas restricciones que han tenido en cuanto a movimientos de mercancías y también algunas órdenes de compra que se han detenido. De todas formas, “ya con el hecho de que podamos crecer, habla muy bien del sector”.